Esta casa fue fundada en 1583 para dar techo a niños huérfanos y abandonados. En la fachada de la casa aún puede verse el famoso torno de los huérfanos que consiste en un agujero en el muro de la casa donde las mujeres iban a introducir a sus hijos girando el torno y entregándolos a las hermanas de la caridad.

Muchas de estas mujeres eras madres solteras que acudían para dejar a sus bebés desde el anonimato, bien porque no los pudieran mantener, porque los hubieran tenido fuera del matrimonio o simplemente eran hijos no deseados. Además de abandonar al niño, podían hacer un donativo (si observáis bien, veréis una pequeña ranura a su izquierda).

De esta forma el niño empezaba una nueva vida, renombrándose generalmente como el santo del día en que llegaba al convento y el apellido Expósito, como se conocen a los bebés abandonados.

Este sistema funcionó hasta 1931, y el torno de los huérfanos permanece como un recuerdo histórico. En el 2003, el ayuntamiento de Barcelona restauró el torno y le instaló una pequeña placa de acero que lo identifica como Petit Paisatge.