Este mercado, recientemente renovado, está compuesto de 17 paraditas gastronómicas, en las que tapear unos auténticos pinchos, tomar un verdadero vermut y probar los platos típicos regionales de Cataluña. Todo ello de muy buena calidad y a buen precio.

Está abierto todo el año, todos los días e incluye una zona de "showcooking", espacio que se caracteriza porque el cocinero o cocinera, prepara la comida fresca frente al cliente.

Fue un edificio donde se vieron historias de amor y desamor, engaños e intrigas. Una de esas leyendas cuenta que en este mercado hubo una historia de amor entre dos jóvenes: una mujer, hija de un rico burgués que, paseando por este mercado en busca de ofertas, vislumbró un náufrago en la playa, casi sin vida, malherido. Este náufrago era el único superviviente del naufragio de un barco genovés. Esta mujer, se enamoró perdidamente de él, aunque estaba prometida con otro acaudalado hombre de la burguesía de Barcelona. Finalmente, el amor triunfó.