Fue un encargo del Dr. Genové, al arquitecto modernista Enric Sagnier. Se trataba de construir un edificio para establecer una farmacia en la planta baja, su vivienda y un laboratorio químico en las plantas superiores.

El excelente resultado obtenido a pesar de la estrechez de la fachada, la dificultad de unir los 3 usos en un solo edificio, y que además resultara deslumbrante, solo ha sido posible gracias a la profesionalidad de Enric Sagnier y los excelentes artesanos que le acompañaron en la ejecución. Los mosaicos de colores azules y dorados animan esta fachada estilo neogótica.

Se han perdido los vitrales qua adornaban los grandes ventanales de la fachada y el rótulo de hierro forjado que anunciaba la farmacia.